Desde una Villa en el Parque (Anterior)

martes, noviembre 08, 2005

Con los dedos


Quería contar sus días con los dedos de una mano.

Las culpas atormentaban cada instante de su insignificante vida.


Un solo estallido más y su corteza cerebral se destrozaría, resquebrajándose como un vidrio y luego cayendo en pedazos de algún tipo de carne, porciones sangrientas a las cuales aves de rapiña, perros muertos de hambre, y algún que otro gato con menú exquisito atacarían sin pudor.

Tan solo eso, y no sufriría más.

¿Las esperas interminables, el frío, las ansiedades dignas de camisas de fuerza y los sentimientos enfurecidamente indomables en todos los sentidos acabarían?

Vestía unos jeans gastados, un pulóver rojo y zapatillas, el cabello suelto y la mirada perdida.

Nunca supo de este final, lo percibió con perfumes agradables y una sensación de bienestar digna de compararse a un abrazo tuyo.

El barrio nunca fue igual.

miércoles, noviembre 02, 2005

La Condena


por Gustavo Sanchez Vicario


Fijé mi vista en las empapeladas paredes de la habitación en penumbras, sentado en la cama contemple el reloj sobre la mesa redonda que se encontraba al lado, las 03:50.

El sonido ensordecedor de un disparo me sobresaltó, y caí de espaldas sobre el colchón, ¿pero cómo? ¿Habría tal vez errado el disparo? Pero si el caño se encontraba en mi boca.

Todavía estaba ahí, recostado en la cama de la oscura habitación, lastimada por los ases de luz provenientes del patio, que se colaban por las rendijas de las cortinas.

Desconcertado intente incorporarme, peno no, fue imposible, entonces comprendí que algo andaba mal.

Mi atención se fijó entonces en un goteo que se escuchaba sobre el piso polvoriento de madera: ¿será mi cabeza? –pensé- que colgaba a un lado de la cama. Mi mano que aun sujetaba el arma, estaba inmóvil, como si no perteneciera a mi cuerpo –todo mi cuerpo estaba inmóvil, imperturbable, como sumido en un sueño del cual no pudiera despertar-.

El silencio de la habitación se entrecortaba por los golpes de las gotas sobre el suelo que se hacían insoportables a cada instante.

¿Cómo podía estar consciente aun, algo había resultado mal, por qué no se había acallado esa voz en el interior de mi mente, sino de mi alma… y en ese momento fue cuando descubrí mi error, yo acusaba a mi mente de cuestionarlo todo, cuando en realidad era mi alma la que lo hacia, y ahora era solo alma…

Entonces fui asaltado por los recuerdos. Primero el día anterior y luego el
anterior a ese y así revisé toda mi vida como lo había hecho tantas veces, recordé lo agradable que era ver la laza del barrio, tapizada por las violetas flores del Jacaranda por las tardes de verano, las preguntas en mi alma me seguían saturando. ¿Y por qué hice esto, y por qué aquello, que hubiera pasado si…?

Recordé a mis abuelos, a mis padres, a mis hermanos, mientras las preguntas sistemáticas no se detenían, como siempre que me ocurría cualquier cosa no podía simplemente dejar de analizarla, aunque para mí fuera una tortura a cada pregunta, a cada respuesta. Hasta que al final vi el túnel, la luz – lo cual me hizo detener en mis cavilaciones momentáneamente-, recuerdo haber pensado: el túnel del que todos hablan… es verdad, existe…


Comprendí que había retrocedido tanto, y entonces mi alma profirió un estremecedor grito dentro de mí – que sellaría para siempre mi condena-…¡¡¡Ya lo estoy recordando, esto es… si, es mi nacimiento!!! Entonces mi pecho – o lo que yo pensaba que era mi pecho- fue invadido por la ira. No podía perdonarme, era demasiado, porque mi alma no podía soportar el dejar algo tan misterioso como el túnel –el cual era uno de los misterios de la vida- ¿Cómo lo que era?...Un Misterio.


…Y entonces es así como llegué aquí, querido amigo mío, y ya ve, mi infierno no tiene llamas ni lagos de azufre, solo preguntas, eternas preguntas en mi alma, como ve estoy condenado…

…Por toda la eternidad, condenado…




sábado, octubre 29, 2005

Vómitoyovomitoyo

Vómitoyovomitoyo



Si estás y no estás,
si me deformo,
si siento que mi cuerpo no entra en este gran espacio,
si cocino mi ser, lo transformo en mi pesar,
si nadie oye los gritos…
Será que mis cuerdas vocales no emiten sonido.
Pido que no entre mas nada en mis espacios;
que mi cuerpo quede vacío del todo,
y paradójicamente lo lleno hasta explotar.
Y que la deformidad (ésta, mi deformidad),
nunca pude dilucidar cuánto tiene de verdadera.
Y por favor, te pido por favor: sacame de acá.
¿Cómo hacer para parar?
¿Cómo hacer para no lastimarme donde más duele?
¿Por qué nadie viene y me hiere, me marca, me estropea?
Pido por favor;
no me llenen de cosas,
no me deformen,
¿No ven que no puedo pedir ayuda?
No sirve.

Y me veo monstruosa;
el espanto es tal que no encuentro lugar donde esconderme.
Siento que no entro en ningún lugar:
no entro en mi misma.

Ya no veo nada. Toda la nada junta está dentro de mí.
Vos te volvés imposible. Yo desaparezco.

El silencio lastima, se transforma en un grito mudo.
Ese alarido te pide una mano,
ya no exige caricias / acordes / besos.
Siente no merecer nada: la nada sería mucho.

Ya no quiere pasar el tiempo, ni estar vivo,
no quiere que nadie la toque
siquiera con punzantes palabras.
Tal vez, y sólo tal vez, con alguna música.
Sólo unas pocas…



Y no podia faltar: La Corrección correcta del Señor Gons

domingo, octubre 23, 2005

Robo consciente

Robo Consciente




Corazón distante, hasta siempre.
Yo los vi, si, sólo se amaron este miércoles, y la espada quiso atravesar sólo aquello, partiendo todo.
Pero, si yo hago de mi corazón aquella espada.
Quise nunca perderte.
Tanto te solté
Tanto me solté
Que no arrancaron los coches,
Que la ciudad se lleno de largas noches,
Y otra vez alguien se va
Dándote la espalda
Y sin mirar atrás
Te da ese miedo
Que te hace dar la espalda
Y quedarte cada vez más solo
Y lo que es peor mirando para atrás.
Tal vez sea cuestión de ver a ambos lados,
Yo sé, tal vez me guste mucho amar,
Yo que quería lo que hacia, ¿quería?
No se más
Y no se más.

Y que más va…
A los dos… y a otros más
Nos sobran los motivos.
Y se perfectamente que no me estoy abusando de la inspiración, ¡¡¡pido perdón!!!
Perdón, ya no me da mas miedo creer
Que se sepa
Ni muy joven mi muy vieja
Lo primero que quise fue marcharme bien lejos, bien bien lejos.
Sigo siendo una niña que odia los espejos, esta, tu niña.
Repito: Perdón Señor Joaquín Sabina otros varios y a mi misma.
Como dice una canción por acá
“Paso el día mas feliz sin miiiii…”
Y déjame ser lo que sea, que sea lo que sea…
Para no perder la calma,
O perderla del todo.
Y que se muera de una vez el olvido


miércoles, octubre 12, 2005

Chicles en la esquina



Te achicas.

Te agrandas.

Maldito elástico, lleno de hilitos, infinitamente hechos de material chicloso sin sabor a nada, ni a frutilla ni a menta mentol. Nada.

Y esta rebanada que dejó tus tripas al descubierto.
Tus hilos blancos despeinados, desprolijamente fuera de mi vestido, dejando entrever parte de la piel que cubre mi espalda.
Se cuela el viento.
Se cuela el humo de algún cigarrillo.
Se cuelan algunos ojos.
Te colás vos.


¿Perdón? Usted ¿Podría sacar esa mano? Si, la que está colándose sobre mi cuerpo ¿Vió?

Sin excusas de tapar lo que se descosió. Le pido por favor, si es tan amable. Nada.¿Que si pagué la entrada?Adónde, me pregunto.

Otra mano se entrevera y empieza a tirar de los hilitos elásticos, soltándolos y dejando que golpeen mi espalda al volver.

Me pregunto si la mano pertenece a la misma persona que se niega a sacar la mano anterior y pregunta cosas sin sentido, o viene de otra humanidad.

Sólo siento pequeños golpecitos en el cuerpo, en mi cabeza, y no consigo saber nada.

Siento una nube gris sobre mi cabeza, con probabilidad de lluvias y tormentas sólo para mí.

Siento otra mano más, firme, no la puedo mover, decido dejarla hacer, y las manos se van incrementando, parecen una plaga, algunas tiene caricias fuertes, y no sé si es dicha o pesadilla.

No consigo abrir la boca para gritar.

Otra mano, con sus cinco dedos, tapa mi boca delicadamente, dejándome apenas largar algún suspiro de confusión.

Realmente esto es parte de algún cuento, de alguna otra mano perdida escribiendo sin rumbos exactos.

Ya no puedo saber el número de dedos que tengo sobre mi cuerpo. Sólo intento imaginármelos tocando pianos y guitarras y siento melodías y los rasguños se hacen más placenteros.

Una pared helada azota mi espalda de costuras rajadas. Los hilos ¿Dónde están? Las manos los robaron.

Es muy frío el cemento de esta pared, no consigo saber muy bien donde estoy, pero no puedo salir, no me dejan.
Quiero... quiero escaparme, pido por favor.
Sin querer cae una lágrima, tal vez sobre alguna mano de piel firme.

Y no encuentro respuesta.Quiero... quiero irme.




El deseo es cada vez más intenso, y no puedo, no puedo.
Sólo pido por favor, y no encuentro respuestas ni puertas que se abran, mucho menos paredes que se derrumben.

Repito por favor.

Quiero una puerta de solo dos manos

Ábranme...

Ya nadie escucha.


Gran ayudita correctora: Gons (EXISTIR TODAVIA)

jueves, octubre 06, 2005

Jugos y juegos

JUEGOS Y JUGOS



Por qué no me hablás de aquel secreto que desde niños mantuvo despierta mi mente, fantaseando con algún viento de cambio en tu pensar, en mi pesar, ese secreto que en la oscuridad de mi mente supo ser una orgía de sentimientos paradójicos; y vos me preguntás por qué, después de estos largos años sin vernos, me interrogás como si fueras un extraño y, en mi imaginación, sos el anónimo conocido que espero, la persona que puede sobrevolar mi ser y sentir mi respiración, rozar con su mano las heridas más profundas y transformarlas en piel nuevamente, regenerarme.

-¿Te acordás cuando jugábamos al cuarto oscuro en la pieza de mi hermanito? ¿Acaso alguna vez olvidaste el olor del placard? La ropa desordenada bajo nuestros pies, de medias de colores sucias de tanto andar descalzos, jugando, corriendo por todos lados...-¿Podés pedirle a tu memoria que te regale aquella escalera en donde nos tirábamos de cola con la esperanza de salir primeros en esa loca carrera?

Y si podés, atrevete también a sentir la humedad de mi inocente lengua en tu frente intentando que baje tu fiebre; ya ni sé cuántos años teníamos.

¿Vos te podés acordar?

Y entonces el secreto, nuestro secreto, nuestras palabras al oído que nos sacudieron el alma y nos susurraron algunas verdades... lúdicas y destellantes, dejando atrás la infancia con tan sólo sentir un fuerte calor, una incontinencia de sentires que junto a nuestras manos en aquel juego, oscuro como el cuarto, supo por primera vez sentir una amplitud inimaginable en mi cuerpo sin conocer el sol incandescente de los placeres de un placard, de un roce; de un goce de un placard, de un roce , de un goce; de nuestro goce, de un juego que ya nunca voy a olvidar.

Tan sólo pequeñas partículas de mí compartían estas rebanadas de alimento esencial con nuestros congéneres, sólo contigo... por ahora, solían decir por lo bajo las voces de personas ajenas a nuestra humedad.

Por ahora.

miércoles, septiembre 21, 2005

TRaBAJO




Tragué lo que quedaba.
En mi mente sólo un pensamiento, fuerte, mordaz, tal vez una pregunta: ¿porqué siempre lo mismo? Si podía ser diferente.
Tragué hasta el final. Me dieron arcadas, tuve que aguantarlas, sabia que si no vendría la mano pesada, de golpes con marcas de colores violáceos, en la piel, y en mi presente. Mi piel gastada, rota, descosida, llena de cicatrices.
No aguantaba más.
¿Y vos me preguntas si me jacto de “haberla vivido”? Justamente a mí. No.
- ¿Sabías que la más tierna de las miradas, la más ingenua, me da envidia, me llena los ojos de lágrimas?
Sigo tragando el interminable odio materializado, desbordado. Creelo, nunca estuviste tan lejos mío, creelo, nunca otra persona eligió todo lo contrario, léelo, estar tan cerca.

No paran de exigirme, los odio, los necesito, te necesito.
Podría salir corriendo y parar con todo, pero el dolor de los pinchazos se hizo carne y ya no vale la pena ese cambio; hay otros, otras, repito, escribo, otras personas, otros abrazos, otros besos, tus besos.
Pero me tiene acá.
No consigo elaborar un plan para huir sin dejar huellas, pedir ayuda a mis compañeros es inútil, me delatarían, es lo que ocurre siempre, y tengo miedo a perderte.
Ayer el trabajo no fue tan desagradable, te imagine junto a mi, lo imaginé tuyo, pero duro poco, luego vinieron ellas, las arcadas, y ellos, los ascos. Parece gracioso aunque nunca lo fue.
Te quisiera ver, vos sos la gracia que quiero en mi vida, no esto.

El mediodía martillaba con su calor húmedo aquel desagradable lugar.
Hoy sería mi paraíso de libertades, creelo, ni sus polvos blancos lo harían mas fuerte que mi odio, mi odio enorme, gigante como los encierros y estas obligaciones.
¿Oíste hablar del silencio?
La mano ya no me peso y cayó filosamente en el lugar justo, liberando su sangre del caos de esclavizarme.
Y hoy soy libre.
Libre para vos. Por mí.

viernes, septiembre 09, 2005

Trabajo: un Día martes

Martes - alguna hora - algún lugar

- ¿Y cómo puedo saber que estaba haciendo aquel martes a las quince horas?
Imposible.

Un cielo gris y melancólico acompañaba mi borrachera de noches sin dormir, de días sin ver el sol, la lluvia nublaba todo: humedad, agua, humedad, frío, agua.
No podía determinar con exactitud porqué quería saber los hechos de aquel martes, me sangraban los pies de caminar de su casa a la mía sólo para ver si la luz de su cuarto brillaba entre persianas, siempre bajas, cómo saber si ella sabía de mi existencia que sólo era tal por ella, no sin mí sino contigo, yo todo lo que tengo... que es nada, quise dárselo, era así de simple, quería irme para habitar otra realidad de compañías diferentes, con experiencias vividas y no tanto miedo, no tanto alcohol, menos penas y lastimaduras, más soles, menos nubes, más clavados al mar y vistas de paisajes con verdes increíbles, escalones que suban montañas, aguas que recorran caminos, nacimientos, menos muertes de almas vivientes, obsesiones nulas por males menores... solo te pido que me escribas... optar por no contaminarse de falsos males, incontenibles, compulsivos, obligatoriedades falsas, responsabilidades fáciles, agradables, menos cuerpos pesados, mas liviandad de espíritus, menos “todo ok” y ¡¡¡Basta de esta catarsis!!! Fría, kitch, asquerosa, penosa; quiero logros, victorias con historias dentro del camino, límites aceptables, odios poco contenidos.
¡BASTA; dije Basta! Será que ella me mira por las líneas de luz que deja su ventana y, si es así, ¿Qué pasa, qué haría? La esperaría de brazos abiertos, con el corazón en la mano, los ojos brillosos, la pasión brotando por los poros de mi piel, o me escondería en el ligustro para no atajar su pesado sentimiento amoroso de pocas palabras ¿Y cómo puedo saber yo?No tengo porque saberlo.
Y vos pareces tan quieta...
El martes… 15 horas… mmmm… no sé… realmente no sé.

domingo, septiembre 04, 2005

Naranjas podridas




Cuando fui inmortal creí poseerte, cual verde cumulo de naturaleza, cual camino sinuoso, por el que llego caminando a tu lugar, soñado, de aguas turquesas, calmas, según las mareas, gentes extrañas con pocas ropas arrojadas al sol como lagartos.
Y te busco, y te encuentro rápidamente, con suerte, pero no me puedo acercar, apenas puedes mirarme por entre tus lentes, tu corazón, el mío a mil, sudor, millones de recuerdos todos juntos en una cabeza a punto de estallar, escalofríos, temblequeo de piernas; Pero no nos podemos acercar, mirar, tocar, besar, desnudar, después de tanto tiempo, es cruel, como la vida que llevo sin tenerte, sin poder contar con tus tiempos; y solo cuando tu puedas correrás hacia mí, salvajemente amoroso, con ojos brillantes, con todo tu cariño y amor en brazos cuerpo y alma, poseerme es el fin, rápido, sin peligros, con todos los peligros, veloz, llanto, placer, soledad, nada, la misma nada. Y vuelvo a ser mortal solo cuando me dejas mareada, húmeda de emociones únicas, leve de espíritu, sintiendo todo y nada, en pausa, por años, así, con un siempre estaré con vos vivís en mi corazón, créelo, en mi cuerpo, ámame, en mi alma, llórame, en mi ser, mátame, por favor mátame.

viernes, agosto 26, 2005

El día de HOy (colaboración)


Quiero ver tus sentidos pasando por mi calle.
Quiero tu cuerpo pasando por mi cama.
Quiero mis palabras en tus oidos.
Quiero tu rostro en mi cielo para quedarme,
quedarme placidamente hipnotizado en tus estrellas
¡Y todavía más!
Quiero tu inarmónica, excesiva humanidad, viviendo mis rincones,
pasando por mi cama, mis sueños y espiando por mis ventanas,
descubriendo nuevos paisajes, sintiendo nuevos perfumes.
Queriendo nuevos encuentros.
Y sé perfectamente que para tí, esta mente y estos sentidos
serán material de investigación
entonces...
Quiero ser tu experimento,
tu monografía,
tu ensayo.
Y no sé, ni lo sabré, pero...no puedo evitar
querer tus sentidos pasando por mi calle.
Querer tus palabras en mis oidos...

Y QUE NI LA MUERTE SE FUME ESTA POSIBLE FELICIDAD