Desde una Villa en el Parque (Anterior)

sábado, octubre 29, 2005

Vómitoyovomitoyo

Vómitoyovomitoyo



Si estás y no estás,
si me deformo,
si siento que mi cuerpo no entra en este gran espacio,
si cocino mi ser, lo transformo en mi pesar,
si nadie oye los gritos…
Será que mis cuerdas vocales no emiten sonido.
Pido que no entre mas nada en mis espacios;
que mi cuerpo quede vacío del todo,
y paradójicamente lo lleno hasta explotar.
Y que la deformidad (ésta, mi deformidad),
nunca pude dilucidar cuánto tiene de verdadera.
Y por favor, te pido por favor: sacame de acá.
¿Cómo hacer para parar?
¿Cómo hacer para no lastimarme donde más duele?
¿Por qué nadie viene y me hiere, me marca, me estropea?
Pido por favor;
no me llenen de cosas,
no me deformen,
¿No ven que no puedo pedir ayuda?
No sirve.

Y me veo monstruosa;
el espanto es tal que no encuentro lugar donde esconderme.
Siento que no entro en ningún lugar:
no entro en mi misma.

Ya no veo nada. Toda la nada junta está dentro de mí.
Vos te volvés imposible. Yo desaparezco.

El silencio lastima, se transforma en un grito mudo.
Ese alarido te pide una mano,
ya no exige caricias / acordes / besos.
Siente no merecer nada: la nada sería mucho.

Ya no quiere pasar el tiempo, ni estar vivo,
no quiere que nadie la toque
siquiera con punzantes palabras.
Tal vez, y sólo tal vez, con alguna música.
Sólo unas pocas…



Y no podia faltar: La Corrección correcta del Señor Gons

domingo, octubre 23, 2005

Robo consciente

Robo Consciente




Corazón distante, hasta siempre.
Yo los vi, si, sólo se amaron este miércoles, y la espada quiso atravesar sólo aquello, partiendo todo.
Pero, si yo hago de mi corazón aquella espada.
Quise nunca perderte.
Tanto te solté
Tanto me solté
Que no arrancaron los coches,
Que la ciudad se lleno de largas noches,
Y otra vez alguien se va
Dándote la espalda
Y sin mirar atrás
Te da ese miedo
Que te hace dar la espalda
Y quedarte cada vez más solo
Y lo que es peor mirando para atrás.
Tal vez sea cuestión de ver a ambos lados,
Yo sé, tal vez me guste mucho amar,
Yo que quería lo que hacia, ¿quería?
No se más
Y no se más.

Y que más va…
A los dos… y a otros más
Nos sobran los motivos.
Y se perfectamente que no me estoy abusando de la inspiración, ¡¡¡pido perdón!!!
Perdón, ya no me da mas miedo creer
Que se sepa
Ni muy joven mi muy vieja
Lo primero que quise fue marcharme bien lejos, bien bien lejos.
Sigo siendo una niña que odia los espejos, esta, tu niña.
Repito: Perdón Señor Joaquín Sabina otros varios y a mi misma.
Como dice una canción por acá
“Paso el día mas feliz sin miiiii…”
Y déjame ser lo que sea, que sea lo que sea…
Para no perder la calma,
O perderla del todo.
Y que se muera de una vez el olvido


miércoles, octubre 12, 2005

Chicles en la esquina



Te achicas.

Te agrandas.

Maldito elástico, lleno de hilitos, infinitamente hechos de material chicloso sin sabor a nada, ni a frutilla ni a menta mentol. Nada.

Y esta rebanada que dejó tus tripas al descubierto.
Tus hilos blancos despeinados, desprolijamente fuera de mi vestido, dejando entrever parte de la piel que cubre mi espalda.
Se cuela el viento.
Se cuela el humo de algún cigarrillo.
Se cuelan algunos ojos.
Te colás vos.


¿Perdón? Usted ¿Podría sacar esa mano? Si, la que está colándose sobre mi cuerpo ¿Vió?

Sin excusas de tapar lo que se descosió. Le pido por favor, si es tan amable. Nada.¿Que si pagué la entrada?Adónde, me pregunto.

Otra mano se entrevera y empieza a tirar de los hilitos elásticos, soltándolos y dejando que golpeen mi espalda al volver.

Me pregunto si la mano pertenece a la misma persona que se niega a sacar la mano anterior y pregunta cosas sin sentido, o viene de otra humanidad.

Sólo siento pequeños golpecitos en el cuerpo, en mi cabeza, y no consigo saber nada.

Siento una nube gris sobre mi cabeza, con probabilidad de lluvias y tormentas sólo para mí.

Siento otra mano más, firme, no la puedo mover, decido dejarla hacer, y las manos se van incrementando, parecen una plaga, algunas tiene caricias fuertes, y no sé si es dicha o pesadilla.

No consigo abrir la boca para gritar.

Otra mano, con sus cinco dedos, tapa mi boca delicadamente, dejándome apenas largar algún suspiro de confusión.

Realmente esto es parte de algún cuento, de alguna otra mano perdida escribiendo sin rumbos exactos.

Ya no puedo saber el número de dedos que tengo sobre mi cuerpo. Sólo intento imaginármelos tocando pianos y guitarras y siento melodías y los rasguños se hacen más placenteros.

Una pared helada azota mi espalda de costuras rajadas. Los hilos ¿Dónde están? Las manos los robaron.

Es muy frío el cemento de esta pared, no consigo saber muy bien donde estoy, pero no puedo salir, no me dejan.
Quiero... quiero escaparme, pido por favor.
Sin querer cae una lágrima, tal vez sobre alguna mano de piel firme.

Y no encuentro respuesta.Quiero... quiero irme.




El deseo es cada vez más intenso, y no puedo, no puedo.
Sólo pido por favor, y no encuentro respuestas ni puertas que se abran, mucho menos paredes que se derrumben.

Repito por favor.

Quiero una puerta de solo dos manos

Ábranme...

Ya nadie escucha.


Gran ayudita correctora: Gons (EXISTIR TODAVIA)

jueves, octubre 06, 2005

Jugos y juegos

JUEGOS Y JUGOS



Por qué no me hablás de aquel secreto que desde niños mantuvo despierta mi mente, fantaseando con algún viento de cambio en tu pensar, en mi pesar, ese secreto que en la oscuridad de mi mente supo ser una orgía de sentimientos paradójicos; y vos me preguntás por qué, después de estos largos años sin vernos, me interrogás como si fueras un extraño y, en mi imaginación, sos el anónimo conocido que espero, la persona que puede sobrevolar mi ser y sentir mi respiración, rozar con su mano las heridas más profundas y transformarlas en piel nuevamente, regenerarme.

-¿Te acordás cuando jugábamos al cuarto oscuro en la pieza de mi hermanito? ¿Acaso alguna vez olvidaste el olor del placard? La ropa desordenada bajo nuestros pies, de medias de colores sucias de tanto andar descalzos, jugando, corriendo por todos lados...-¿Podés pedirle a tu memoria que te regale aquella escalera en donde nos tirábamos de cola con la esperanza de salir primeros en esa loca carrera?

Y si podés, atrevete también a sentir la humedad de mi inocente lengua en tu frente intentando que baje tu fiebre; ya ni sé cuántos años teníamos.

¿Vos te podés acordar?

Y entonces el secreto, nuestro secreto, nuestras palabras al oído que nos sacudieron el alma y nos susurraron algunas verdades... lúdicas y destellantes, dejando atrás la infancia con tan sólo sentir un fuerte calor, una incontinencia de sentires que junto a nuestras manos en aquel juego, oscuro como el cuarto, supo por primera vez sentir una amplitud inimaginable en mi cuerpo sin conocer el sol incandescente de los placeres de un placard, de un roce; de un goce de un placard, de un roce , de un goce; de nuestro goce, de un juego que ya nunca voy a olvidar.

Tan sólo pequeñas partículas de mí compartían estas rebanadas de alimento esencial con nuestros congéneres, sólo contigo... por ahora, solían decir por lo bajo las voces de personas ajenas a nuestra humedad.

Por ahora.